Sin duda, entre los primeros problemas que debieron abordar los pioneros de la aviación, fue el de construir estructuras livianas y resistentes.
Transcurrida la etapa artesanal, la industria aeronáutica retoma esa inquietud abordando el tema con criterio científico , agudiza el ingenio, prescinde de puntales y riostras en planos de sustentación, encara el ala en ménsula, ensaya estructuras geodésicas, aborda las estructuras laminares, el fuselaje mono coque y de manera constante, analiza y crea materiales livianos y resistentes.
Esta característica tan peculiar de la técnica constructiva aeronáutica, que la diferencia netamente de otras, no es ajena al aeromodelismo. Muy por el contrario, constituye un motivo de permanente preocupación para aquellos modelistas que pretenden obtener el máximo de eficiencia de sus modelos.
Y dentro del aeromodelismo, es precisamente en las categorías de interiores (y en ellas se incluyen los Peanuts) donde esta búsqueda asume proporciones obsesivas.
En consecuencia, la técnica constructiva de estos modelos, se orienta fundamentalmente a la solución de este problema; de ahí que resulte interesante una breve reseña de los materiales más aptos para estos fines, así como de las herramientas más adecuadas para trabajarlos.
CHAPA DE BALSA LIVIANA de 1 mm para adelgazar a 5/10 o 3/10 de mm ; Chapa de 2.5, 2 y 1.5, para cortar baguetes que una vez pulidas serán de 2mm, 1.5mm y 1 mm respectivamente. Trozos de chapa de 3mm para tacos de nariz.
ALAMBRE DE ACERO desde 3/10 a 7/10 para resortes, patín de cola, ejes de hélice, tren de aterrizaje etc.
CUENTAS DE MOSTASILLA para ejes de hélice
PAPEL DE SEDA JAPONES de aproximadamente 11 gr. el m2 para forrar. Para modelos ultra-livianos se usará "papel de condensador" de 5 y 3 gr/m2. Este último se le consigue en MICRO-X. (USA).
Ulises Alvarez