Un hecho importante, determina que esta categoría sea uno de los campos más fértiles para estas especulaciones: los vuelos se desarrollan en espacios cerrados, en aire absolutamente calmo, sin térmicas ni vientos, a temperaturas y humedad constante. Esta circunstancia hace que un vuelo sea una verdadera experiencia de laboratorio, donde cada performance está exclusivamente condicionada al centrado y a la regulación del modelo.

Lo que venimos de decir, da por sentado que es esta una práctica para las más diversas edades. Los resultados, desde luego, estarán acordes con la experiencia y el arte del autor.

Pero es también una actividad al alcance de todo bolsillo. Puede asegurarse que aquí el ingrediente mas costoso es el "tiempo invertido". Por más que es este el componente más común de todo hobby, y en especial del aeromodelismo. En efecto, si pensamos que un peanut corriente pesa 8 o 10 gramos, se comprende que el costo de sus materiales sea prácticamente cero.

Pero las pequeñas dimensiones de estas maquetas aparejan otras ventajas.

No es necesario disponer de un taller o gran espacio para este hobby, o para la construcción de estos aparatos por lo menos.

No son pocos los modelistas que han desistido de construir un wakefield o un A/2, o un R.C. (radio controlada), porque el reducido espacio de su vivienda, lo ha puesto en la alternativa de convertir su casa en un astillero, can la consiguiente alarma de toda la familia. Por el contrario, para la construcción de un cacahuete, bastará la pulcra mesa del comedor. Y todas las piezas y herramientas necesarias entrarán en una caja de zapatos, que finalizada cada jornada se guardará discretamente en el placar, con el consiguiente beneplácito de la señora de la casa.

Decíamos antes, que es el Peanut Scale, una actividad que ha adquirido en las últimas décadas, un impulso considerable en varios países.

Hoy día sus certámenes se llevan a cabo casi exclusivamente en espacios interiores (estadios, gimnasios etc.)

Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Bélgica, Polonia, Checoeslovaquia, Japón, han hecho de él un deporte popular, hasta el punto que la organización de un concurso de este tipo, en estos países, no es tarea fácil, si se tiene en cuenta que a ellos concurren 40 o 50 postulantes por concurso.

Al margen de estos países, se dan manifestaciones aisladas, en lo que podría llamarse un estado de desarrollo primario, en Méjico, Alemania, Argentina, Uruguay entre otros, donde el limitado número de sus cultores, no impide ubicar entre ellos valores de talla internacional, como es el caso de Marcos Molo en Argentina, subcampeón mundial 81 en West Baden, EE.UU., o Vital Elorza en Méjico, o Benno Sabel en Alemania Federal, cuyes realizaciones han sido divulgadas por revistas y publicaciones especializadas.

Ulises Alvarez