En el caso de un fuselaje el porcentaje del entelado (papel de condensador), cola incluida anda por el 25%.
Las cifras anteriores son por demás elocuentes como para justificar nuestra especial atención en la administración de colas o cementos en la operación de entelado. En cualquier caso este será tan diluido como sea posible.
Designamos así al conjunto hélice, eje, nariz.
En principio estos elementos podrán reducir su peso, proporcionalmente al peso del modelo.
Las palas de una hélice suelen ser el paragolpes de un cacahuete, que así, estas podrán ser tan delgadas y frágiles, como el peso total del modelo lo permita.
Un modelo liviano de 4 gr tendrá un motor elástico que no ocasionará mayores tensiones, lo que permitirá economizar peso usando eje de 0.5 o 0.6 mm en lugar de 0.7 o 0.8.
Pero estas reducciones tendrán sentido cuando el brazo de nariz sea importante. Los cacahuetes "natos" requerirán lastre en la nariz, por consiguiente, las economías de peso antes mencionadas, en estos casos, no se justifican, a no ser para evitar los problemas inerciales que provocan las hélices excesivamente pesadas, fenómeno conocido con el nombre de precesión.
He aquí un verdadero desafío a la imaginación e ingeniosidad del aficionado.
Entre estos elementos, contamos todos aquellos que contribuyan a enriquecer la maquete haciendo de ella una auténtica reproducción del original. Motores simulados, caños de escape, armas de guerra, tanques de combustible, carenados, radiadores, tomas de aire, cabinas vidriadas, reproducción de un tren de aterrizaje elástico, patín de cola articulado y elástico, tablero de instrumentos, pinturas, insignias, matrículas, figuras humanas, y mil y un detalles más cuya enumeración no tiene fin.
No se trata aquí de la capacidad manual que pueda poseer todo aeromodelista. Se trata sí, del "ingenio" para reproducir todos estos detalles con un mínimo de peso. El poliestireno expandido (Espumaplast, Telgopor o Styrofoam) es un material con buenas posibilidades. Los tallos de trigo para caños de escape, el celofán, para cabinas vidriadas. El acetato muy fino para parabrisas. El hilo de nylon para cables etc.
La nota de color merece mención aparte.
El colorido de un cacahuete contribuye notablemente al realce estético del mismo, ya sea este en grandes superficies uniformes, en insignias, camuflajes, letras o matrículas. Pero atención: el papel de seda japonés de color es pesado; entre 13 y 16 gr /m2. Los papeles blancos suelen ser más livianos. El problema está en dar con el colorante liviano. Para los aparatos livianos y ultralivianos evitaremos pinturas tales como las celulósicas o Humbrol por muy pesadas y emplearemos exclusivamente tintas, anilinas, acuarela, y drypenes, de los que hoy día existe una enorme variedad de calidades.
Ulises Alvarez